Artículos de: Noviembre, 2014

La sorpresa de Bolivia

El modelo social-desarrollista ha generado en Bolivia un gran crecimiento sin transformaciones estructurales, desde un piso de gran subdesarrollo. La solidez electoral del gobierno deriva de logros democráticos previamente conquistados en las calles. Pero una nueva escala de avances enfrenta la coraza del capitalismo.
El proyecto de socialismo comunitario se inspira en tradiciones vigentes, pero con menor proyección que en el pasado y enfrenta gran incompatibilidad con los escenarios internacionales de competencia. Estas mismas limitaciones afectan al estado plurinacional, que logró autoridad en todo el territorio a partir del desplazamiento de las elites racistas. El indianismo ha sido reemplazado por proyectos de convivencia más afines al ideal de diversidad político-cultural.
El establishment comunicacional que maltrata a Venezuela ha sido considerado con Bolivia. Esta dualidad se extiende a otras incoherencias ideológicas de la derecha, que enfrenta en el Altiplano un gran límite para su contraofensiva regional.

Miradas Pos-desarrollistas

El pos-desarrollismo expone acertadas críticas y participa en intensas resistencias contra el extractivismo. Pero algunas variantes objetan el propio concepto de desarrollo, olvidando que el retraso económico no es un relato sino una dura realidad, que distingue a Latinoamérica de los países centrales.
Las propuestas localistas permiten iniciativas comunitarias, pero no enmiendan las falencias del capitalismo. Tampoco doblegan la agenda extractivista que comparten gobiernos muy disimiles. Con criterios puramente ambientalista no se puede distinguir a los modelos neoliberales, neo-desarrollista y redistributivos.
Los proyectos eco-socialistas concilian protección ambiental con crecimiento e igualitarismo, evitando el endiosamiento de la naturaleza. El rechazo pos-moderno del desarrollo obstruye, en cambio, esos objetivos y contradice su aceptación de otras metas generales. Tampoco clarifica los intereses sociales subyacentes en los distintos esquemas en disputa. Las rebeliones populares necesitan sustentos teóricos comprometidos con juicios para comprender la realidad.

Concepciones Social-desarrollistas

La variante progresista del neo-desarrollismo prioriza la expansión de la demanda omitiendo las tensiones con la ganancia. También busca equilibrar las variables macroeconómicas desconociendo los desajustes que genera la acumulación. Su expectativa de sustraer al capitalismo de estado de las crisis que afronta el sector privado no se verifica. Tampoco es viable el reemplazo de empresarios por funcionarios.
Los proyectos políticos del desarrollismo democrático-popular chocan con los compromisos asumidos por la variante conservadora y el modelo regional cooperativo está afectado por la inserción global primarizada. Es erróneo observar a los gobiernos de centro-izquierda como antesala del socialismo y sustituir la evaluación de la lucha social por registros de proximidad o lejanía del industrialismo capitalista. Respetar las singularidades nacionales no impide discutir contrastando experiencias.