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Otro camino para enfrentar la crisis

Argentina afronta una gravísima crisis con escenarios de controlada regresión o inmanejable estallido. Para evitar esos padecimientos hay que rechazar el acuerdo con el FMI y suspender los pagos de la deuda. Mediante el control de cambios se puede contener la fuga de capital y la regulación estatal de los bancos es indispensable para proteger al pequeño ahorrista.
Para evitar el empobrecimiento de los jubilados es prioritario frenar el despojo al Fondo de Garantía. El agujero fiscal puede subsanarse con impuestos a los ganadores del modelo y la inflación debe ser neutralizada con el control de precios. Urge revertir la desprotección de la economía frente a las adversidades internacionales.
Los aumentos de los salarios y la prohibición de los despidos deben ser la respuesta al ahogo que propicia el FMI. Hay que transparentar el desfalco de los tarifazos con la revisión de los contratos y reactivar la obra pública para contrarrestar la recesión.
El gobierno improvisa parches frente a una crisis generada por el modelo neoliberal. La resistencia se afianza con el protagonismo de los trabajadores, la irrupción de los movimientos sociales y el viraje de la clase media. La batalla en curso necesita un programa.

En picada hasta el Fondo

La crisis ya devoró a tres estrellas del “mejor equipo de los últimos 50 años”. Stuzzeneger fue sepultado por la corrida cambiaria y no es muy relevante si no supo pulsear con el mercado. Quedó simplemente desbordado por el desplome del modelo. Lo mismo ocurrió con las figuras emblemáticas del tarifazo (Aranguren) y la apertura comercial (Cabrera). Estos personajes combinaron el repudio de la población con enemistades de negocios en su propio círculo. Los chivos expiatorios se multiplican sin detener el acelerado deterioro de Macri.

Ellos o nosotros.

Siempre se supo que Macri gobernaba para los ricos y que su modelo económico desembocaría en una gran crisis. La primera afirmación quedó corroborada por la redistribución regresiva del ingreso perpetrada en los últimos dos años. La segunda comenzó a verificarse con la corrida cambiaria de la última semana.

Las fantasías neoliberales de Macri

Todos los datos de la economía confirman que el macrismo incumplió sus promesas. Improvisa justificaciones de su inoperancia y reflota inconsistentes creencias sobre el declive argentino. Además, convalida la corrupción de los financistas off shore, disimula las enormes analogías con los 90 y elude registrar la inadaptación estructural a la mundialización neoliberal. Las contraposiciones con el modelo neo-desarrollista omiten el sustrato capitalista común de ambos esquemas.

La economía de Macri

Seis meses de gestión confirman que Macri implementa un ajuste neoliberal para transferir ingresos de los trabajadores a los capitalistas. Esta agresión genera resistencias populares y crecientes desequilibrios, en un marco económico adverso que induce al gobierno a ensayar virajes. Mientras prioriza la aprobación de leyes regresivas, retoma el gasto público, convalida el déficit fiscal y atenúa el apriete recesivo. ¿Cuáles son los sectores más beneficiados de la clase dominante? ¿Llegará la anunciada reactivación? ¿En qué se asemeja el modelo actual al menemismo?

La “CEOcracia” en acción

Macri debutó con el duro ajuste que endulzó durante la campaña electoral. Su “sinceramiento” de la economía es la típica transferencia de ingresos a favor de los capitalistas, que tantas veces se aplicó en el país. Pretende achatar los salarios a través de la carestía para incrementar las ganancias de las grandes empresas.

Relatos económicos compartidos

Las tensiones de la economía argentina imposibilitan la evasión que intentaron los principales candidatos. Hay una gran carencia de divisas que no obedece a la crisis mundial, sino a fugas de capital y pagos de la deuda. La devaluación gradual o contundente es falsamente presentada como un hecho inexorable. Sería complementada con un nocivo re-endeudamiento y la capitulación ante los buitres. Ese giro implicaría mayores tarifas y recortes del gasto social.
Conviene observar en Brasil las consecuencias de transitar el camino del ajuste. Hay un deterioro estructural por la dependencia de la soja, la regresión energética y el atascamiento industrial. En lugar de una década ganada, desperdiciada o frustrada ha prevalecido un decenio repetido por la continuidad de los desequilibrios que afectan al capitalismo dependiente.

Seis medidas para vencer a los buitres

El fallo de la justicia norteamericana que obliga a pagar a los fondos buitre puso un freno abrupto a la política del gobierno nacional de volver al ciclo de endeudamiento. Es un fallo que se inscribe en la lógica de la dominación imperial sobre los países periféricos que ha puesto en evidencia que la deuda no está resuelta y por eso ha recuperado centralidad.

Cualquiera de las alternativas actualmente en debate, tanto en el gobierno como en la oposición derechista, será gravosa para el conjunto de la economía nacional y particularmente para las clases trabajadoras.

En este documento, elaborado por varios integrantes de EDI –Economistas de Izquierda- pretendemos aportar un conjunto de elementos de análisis y de iniciativas para construir una salida favorable a los intereses populares.

Partimos de dos conceptualizaciones. Primero: el juez Griesa y los fondos buitre son sólo la expresión más recalcitrante de un mecanismo de endeudamiento propio del capitalismo contemporáneo, consustancial a la política de dominación imperial.
Segundo: frente a la política de los pagadores seriales que implementan el gobierno y la oposición derechista es posible desplegar un conjunto de iniciativas para que los trabajadores y el pueblo no carguen con los efectos de esta crisis. La deuda es una responsabilidad exclusiva de las clases dominantes.

En síntesis proponemos:
• Rechazo a todo pago a los hold outs.
• Cambiar la jurisdicción de pago y recuperar soberanía jurídica.
• Revisar la legitimidad de los pagos, mediante la suspensión e investigación de la deuda.
• Gravar con impuesto extraordinario a los grupos económicos que han fugado capitales y evadido impuestos.
• Proteger los ingresos del país implantando el Monopolio Estatal del Comercio Exterior
• Resguardar los recursos financieros y monetarios mediante la Nacionalización de la Banca.
Buenos Aires, agosto 10 de 2014

Claudio Katz / Guillermo Gigliani / Jorge Marchini / Eduardo Lucita / Alberto Tezkiewicz /
Julio Gambina / Jorge Sanmartino / Guillermo Almeyra / Martín Mosquera /Aldo Casas Julia Soul / Carlos Aznarez / Guillermo Caviasca /

¿Cuántos buitres acosan a la Argentina?

Argentina afronta nuevamente un chantaje financiero, pero esta vez la extorsión no tiene precedentes. Los especuladores que compraron bonos por 48 millones de dólares lograron en Nueva York una sentencia de cobro por 1500 millones.
Este fraude retrata cómo funciona el capitalismo actual. Al pueblo argentino le quieren imponer la misma confiscación que padecen los pequeños deudores norteamericanos, los desalojados de viviendas de España y los empobrecidos de Grecia.
Cuando se convoca a reforzar la integración internacional a este sistema se empuja al país a nuevos padecimientos. Los buitres se disponen a repetir el mismo despojo que ya realizaron en otros lugares como Perú.

La economía desde la izquierda I: Coyuntura y ciclo

La derrota del oficialismo y las exigencias capitalistas acentúan los desequilibrios de la economía. El precio del dólar se disparó por la ineficacia del control de cambios y no por el “cepo”. Al pagar sentencias del CIADI, reabrir el canje y confeccionar índices junto al FMI se retoma un endeudamiento innecesario. Este giro irrumpe luego de cancelar pasivos con reservas y desfinanciar al ANSES.
El ajuste fiscal del gobierno es una variante atenuada del gran recorte que exigen los neoliberales. Se renunció a la reforma impositiva progresiva y ahora se presenta la baratura del transporte o el gas como un privilegio.
La inflación ya no deriva sólo de bajas inversiones, encarecimiento de exportaciones y acciones de los oligopolios. Se acentuó con la emisión. Como los acuerdos de precios con las empresas han fallado, ahora se intenta imponer un techo salarial.
Los principales ganadores de la década pasada fueron los grupos concentrados. Pero el periodo de alto crecimiento y creación de empleo quedó atrás. La desaceleración del nivel de actividad no se explica por la crisis mundial. El continuado empuje de la demanda ha chocado con exigencias de rentabilidad, que dejan poco espacio para medidas progresistas.
La derecha no piensa recomponer la solvencia fiscal erradicando la corrupción. Con un gran despliegue de anti-chavismo prepara atropellos contra las conquistas sociales. En el nuevo escenario crecen las posibilidades de protagonismo de la izquierda.