Todos los datos de la economía confirman que el macrismo incumplió sus promesas. Improvisa justificaciones de su inoperancia y reflota inconsistentes creencias sobre el declive argentino. Además, convalida la corrupción de los financistas off shore, disimula las enormes analogías con los 90 y elude registrar la inadaptación estructural a la mundialización neoliberal. Las contraposiciones con el modelo neo-desarrollista omiten el sustrato capitalista común de ambos esquemas.