Leer texto completo [PDF]La interpretación meramente geopolítica de los conflictos en la región resalta el choque entre un bloque agresivo unipolar y otro defensivo multipolar. Remarca la prioridad de confrontar con el enemigo principal, pero razona con criterios conspirativos y no toma en cuenta el protagonismo popular. Por el contrario, la mirada neutralista desconoce la incidencia de las confrontaciones globales sobre las relaciones de fuerza y las consiguientes luchas de los pueblos.
Lo ocurrido en la Segunda Guerra Mundial brinda parámetros para posicionarse en Medio Oriente y el balance de la URSS en Afganistán define criterios antiimperialistas. El apoyo norteamericano a los kurdos no aporta en cambio reglas generales. Libia demuestra cuán erróneo es confundir levantamientos con las acciones de la OTAN y Siria enseña a distinguir rebeliones genuinas y usurpadas. Hay que batallar contra el imperialismo norteamericano sin idealizar a sus rivales.