Los criterios inspirados en un texto de Lenin no permiten esclarecer la condición imperial de Rusia. Esa economía no incluye la preeminencia financiera, la gravitación mundial de los monopolios y el peso de los capitales exportados exigidos por esos parámetros. Prevalece un perfil intermedio y distante de los países dominantes. China alcanzó ese podio sin convertirse en una potencia imperial. Ese lugar no se define con indicadores económicos. Los conceptos de la centuria pasada deben ser amoldados a la nueva realidad del capitalismo y las caracterizaciones de la guerra concentran el principal legado de Lenin.