Leer texto completo [PDF]China cumple todos los pasos de su programada presencia comercial, financiera e inversora en la región. Exhibe gran astucia geopolítica al eludir confrontaciones con Estados Unidos, sumando países a su pulseada con Taiwán. Expande su gravitación económica sin correlatos militares equivalentes y a diferencia de Estados Unidos no actúa como una potencia imperial. Es imprevisible si alcanzará ese status.
Los convenios económicos desfavorables generan dependencia, pero no sometimiento político. Esa diferenciación es omitida en la identificación de ambas potencias o en el presupuesto de un capital transnacional preeminente. Hay que evitar la idealización de China para registrar la adversidad de los convenios con América Latina. Lo ocurrido en el Indo-Pacífico anticipa las disyuntivas que enfrenta nuestra región. Corresponde resistir a Washington y negociar de otra forma con Beijing.