Israel repitió su matanza de civiles en Gaza esgrimiendo ridículos pretextos, pero no pudo lograr sus objetivos militares. Los palestinos reafirmaron la legitimidad de una lucha que suscita gran solidaridad internacional. Su resistencia es la contracara de las acciones reaccionarias del yihadismo contra las demandas democráticas de la primavera árabe. Batallan por la liberación nacional y no por metas teocráticas.
El sostén del militarismo israelí deteriora muchas alianzas, negocios y prioridades del imperialismo. La expansión colonial que implementa el sionismo ha perdido viabilidad histórica y ya destruyó el proyecto de un estado palestino contiguo a Israel.
Se ha recreado la perspectiva sudafricana de un estado único y democrático. El boicot internacional al Apartheid constituye un gran precedente para las campañas en curso. América Latina y Argentina pueden cumplir un rol clave en esta movilización.