Un enfoque renovado de la teoría marxista de la dependencia clarifica las causas del retroceso económico latinoamericano durante el neoliberalismo. Ilustra cómo el extractivismo recrea el subdesarrollo y explica el repliegue de la industria frente a la competencia asiática.
También resalta la coexistencia de la brecha internacional de los salarios, con la segmentación laboral en la periferia y la precarización en el centro. Destaca que el creciente endeudamiento expresa la fragilidad del capitalismo dependiente y la asociación de las clases dominantes con sus pares foráneos. Esclarece, además, la combinación de crisis por desequilibrios externos y asfixias del poder adquisitivo.
Los principios antiimperialistas del dependentismo recobran vigencia frente al intento estadounidense de recuperar hegemonía. Sus conceptos de semiperiferia y subimperialismo clarifican el despunte de los emergentes. Esa escuela ofrece interpretaciones del autoritarismo de los regímenes derechistas y argumentos para confrontar con el neoliberalismo. Permite además extraer balances de la frustración neodesarrollista. La reinvención de esa teoría transita por el camino que pavimentaron Theotonio Dos Santos y Samir Amin.