Israel se ha integrado a la estructura geopolítica de Estados Unidos y desenvuelve una función coimperial fuera de sus fronteras. Utiliza el militarismo económico digital para reafirmar su primacía regional. Con anexiones y apartheid retoma una modalidad ya inviable de colonialismo. La cultura judía y la nación israelí no son equivalentes al expansionismo sionista.
La resistencia en Gaza, Cisjordania y las ciudades mixtas recompone el fragmentado tejido de los palestinos. La solución de los dos estados exigiría una reparación a los refugiados y el dudoso fin de la ocupación. Por eso gana adeptos el proyecto de un sólo estado, binacional, laico y democrático.
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