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Argumentos antidependentistas


Claudio Katz :: 17.02.17

La contraposición de la teoría de la dependencia con el pensamiento socialista desconoce la continuada brecha entre economías subdesarrolladas y avanzadas. Supone inexistentes relaciones de interdependencia e ignora los estudios críticos de la industrialización latinoamericana que anticiparon la expansión asiática.
El estancacionismo fue un defecto de la heterodoxia y no de los teóricos marxistas de la dependencia. Evitaron tanto la fascinación con la competencia, como el análisis de los precios con criterios de manipulación monopólica.
La ley del valor y el registro de distintos grados de acumulación no alcanzan para esclarecer el subdesarrollo. Las transferencias de recursos explican la estabilidad de las fracturas mundiales. Esos drenajes bloquearon la canalización industrial de la renta agraria de Argentina.
Negar la convergencia de batallas antiimperialistas y anticapitalistas impide comprender la dinámica socialista. Ese empalme reapareció en rebeliones latinoamericanas e impugnaciones del endeudamiento externo, objetadas por el internacionalismo abstracto. Esa postura olvida el enfoque anticolonialista que maduró Marx y la distinción entre nacionalismo progresivo y regresivo que postuló Lenin.
Con mistificaciones del proletariado e idealizaciones del modelo bolchevique resulta inentendible lo ocurrido en el último siglo. Conviene superar los razonamientos positivistas en torno a las fuerzas productivas, que conducen a fantasías de globalismo igualitario y repentino. El socialismo es un proyecto con transiciones y mediaciones antiimperialistas.


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