El desmadre programado que desborda a Trump


Trump no es un desorbitado. Provoca adrede una crisis para intentar la restauración hegemónica del dólar. Su proteccionismo es tan ineficaz, como su pretensión de relocalizar empresas que solo son rentables en el exterior. La confrontación directa con China llega tarde y con visibles desventajas. Recurre a un nostálgico lenguaje imperial que no enmienda el declive económico y los fracasos bélicos, mientras las perspectivas de inflación-recesión agravan las tensiones internas. Con retórica etnocéntrica retoma el intento bonapartista y combina su trayectoria lumpen-capitalista con nuevos proyectos de poder digital. La resistencia local y global comienza a socavar sus pretensiones autoritarias.Leer texto completo [PDF]Leer texto completo [PDF]
