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Eles ou nos

Era previsível que o modelo económico de Macri afundasse a Argentina numa grave crise. Os recentes acontecimentos, entretanto, mostram que essa crise está a chegar mais cedo do que o previsto. O governo Macri pretende regressar ao FMI, ou seja, pretende radicalizar brutalmente a destruição das conquistas populares dos últimos anos, privilegiar ainda mais o grande capital e os terratentes, submeter o povo à pobreza e o país à dependência e ao endividamento externo. Só uma grande mobilização popular o poderá deter. “Ou eles, ou nós.”

Ellos o nosotros.

Siempre se supo que Macri gobernaba para los ricos y que su modelo económico desembocaría en una gran crisis. La primera afirmación quedó corroborada por la redistribución regresiva del ingreso perpetrada en los últimos dos años. La segunda comenzó a verificarse con la corrida cambiaria de la última semana.

Trump agrava el atolladero estadounidense

Con provocaciones y amenazas Trump intenta recuperar la primacía económica de Estados Unidos. Exige negociaciones bilaterales para reforzar el dominio de la digitalización y la supremacía en los servicios. Pero no logra forjar las alianzas internacionales requeridas para su proyecto. Acentúa el belicismo de sus apéndices sin recurrir hasta ahora a la intervención directa.
En un escenario de recuperación económica la ansiada reducción del déficit comercial sigue pendiente. El caos del gabinete, las tensiones con el establishment y la resistencia democrática erosionan su gestión. El liderazgo inicial de la mundialización neoliberal no ha contenido el deterioro del poder norteamericano.

Las fantasías neoliberales de Macri

Todos los datos de la economía confirman que el macrismo incumplió sus promesas. Improvisa justificaciones de su inoperancia y reflota inconsistentes creencias sobre el declive argentino. Además, convalida la corrupción de los financistas off shore, disimula las enormes analogías con los 90 y elude registrar la inadaptación estructural a la mundialización neoliberal. Las contraposiciones con el modelo neo-desarrollista omiten el sustrato capitalista común de ambos esquemas.

Imperialism and dependency: similarities and differences with the Marini era

The main theorist of dependency anticipated trends of neoliberal globalization. He analyzed productive globalization, the centrality of exploitation and the relative weight of surplus value transfers. But the employment crisis exceeds what was envisaged by Marini, in a scenario disrupted by the mutation of the United States, the collapse of the USSR and the rise of China.
The new national and social disparities emerge in an internationalized economy, without correlation in states and ruling classes. This absence of total transnationalization recreates dependency. The semiperipheries present an economic dimension differentiated from the geopolitical status of subimperialism. The “Global South” does not reincarnate the old periphery, nor does it include China. There are solid pillars to renew dependency theory

Controversias sobre la superexplotación.

La superexplotación se ha extendido a los desposeídos del planeta, pero no abarca a toda la clase obrera de ningún país. Tampoco define distinciones entre el centro y la periferia, ni es análoga a las restricciones del consumo. No tiene vínculos específicos con la plusvalía absoluta.
Muchos autores explican las causas del subdesarrollo sin recurrir a un concepto, que ha perdido las implicancias políticas del pasado. Soslayar la reformulación de la superexplotación impide actualizar la teoría marxista de la dependencia. Su erróneo abordaje presenta analogías con ciertas interpretaciones del imperialismo.

Semejanzas y diferencias con la época de Marini

El principal teórico de la dependencia anticipó tendencias de la mundialización neoliberal. Analizó la globalización productiva, la centralidad de la explotación y la gravitación de las transferencias de plusvalía. Pero la crisis del empleo supera lo avizorado por Marini, en un escenario trastocado por la mutación de Estados Unidos, el desplome de la URSS y el ascenso de China.
Las nuevas brechas nacionales y sociales emergen en una economía internacionalizada, sin correlato en los estados y clases dominantes. Esta ausencia de transnacionalización total recrea la dependencia. Las semiperiferias presentan una dimensión económica diferenciada del status geopolítico del subimperialismo. El “Sur Global” no reencarna la vieja periferia, ni incluye a China. Hay sólidos pilares para renovar el dependentismo.

Otro diciembre de gran viraje

Los dilemas que afronta Argentina en diciembre volvieron a emerger con gran intensidad. Macri lanzó su atropello neoliberal y chocó con una monumental reacción popular. Logró aprobar la ley contra los jubilados, pero a un costo político altísimo que licuó su avance electoral. La victoria pírrica que consiguió en el Parlamento no compensó lo perdido en las calles. Confrontó con los sindicatos y los movimientos sociales, abrió un severo conflicto con su base social, erosionó el idilio con el PJ y la CGT y desnudó su virulento perfil represivo.

Cataluña desde América Latina

La derecha latinoamericana se alineó contra Cataluña ocultando la responsabilidad del gobierno en el conflicto. Se demanda un derecho vulnerado por el centralismo monárquico que confronta con el contubernio de la transición, en pleno resurgimiento de aspiraciones nacionales afectadas por la globalización. El nacionalismo españolista se ubica en las antípodas de su equivalente catalán, que tiende a converger con los trabajadores. El desconocimiento de esa confluencia explica las vacilaciones de la izquierda, en un momento clave para retomar la batalla por la república.

Socialismo y antiimperialismo

En el siglo XX la batalla por el socialismo transitó en la periferia por la radicalización de la resistencia antiimperialista. Las rebeliones anticoloniales, el protagonismo del Tercer Mundo y los triunfos de posguerra confirmaron ese curso. Cuba aportó otra ratificación que fue ensombrecida por varias frustraciones posteriores.
En la nueva etapa de neoliberalismo, desaparición de la URSS y remodelación de la dominación global, el antiimperialismo persiste como articulador de la lucha popular. Esa centralidad se verificó en las rebeliones sudamericanas, en la fallida autonomía de los gobiernos progresistas y en el contrapunto de los gobiernos radicales con la restauración conservadora.
La confrontación con Estados Unidos y el anhelo de unidad regional singularizan al antiimperialismo latinoamericano. Los contrastes con el mundo árabe y Europa confirman esas peculiaridades.
El socialismo no ha perdido vigencia por la implosión de la URSS. Las experiencias de Cuba, Venezuela y Bolivia indican nuevas pistas de combinación de las batallas nacionales y sociales.