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Trump agrava el atolladero estadounidense

Con provocaciones y amenazas Trump intenta recuperar la primacía económica de Estados Unidos. Exige negociaciones bilaterales para reforzar el dominio de la digitalización y la supremacía en los servicios. Pero no logra forjar las alianzas internacionales requeridas para su proyecto. Acentúa el belicismo de sus apéndices sin recurrir hasta ahora a la intervención directa.
En un escenario de recuperación económica la ansiada reducción del déficit comercial sigue pendiente. El caos del gabinete, las tensiones con el establishment y la resistencia democrática erosionan su gestión. El liderazgo inicial de la mundialización neoliberal no ha contenido el deterioro del poder norteamericano.

El tormentoso debut de Trump

Trump impulsa un proyecto reaccionario que no se clarifica indagando el populismo. Promueve un giro autoritario con sostén para-institucional para favorecer a los capitalistas. La inédita resistencia en las calles reflota tradiciones rebeldes y acota su margen de acción.
En la estratégica pulseada con China pretende renegociar tratados sin retornar al viejo proteccionismo. La agresión a México es una advertencia a los grandes competidores y el maltrato a los inmigrantes anticipa una fase de neoliberalismo xenófobo.
El componente keynesiano de Trump no atenúa su carácter regresivo. El ascenso del magnate potencia el belicismo y enlaza la crisis europea con el devenir estadounidense. El impacto sobre América Latina es mayúsculo.

El giro de Trump hacia lo desconocido

El triunfo de Trump ilustra cómo la derecha capitaliza actualmente el descontento popular generado por la mundialización neoliberal. Esa victoria profundiza las tendencias emergieron con el Brexit y el crecimiento de partidos reaccionarios de Europa.
La localización protagónica de este proceso en la primera potencia es un acontecimiento mayúsculo. Estados Unidos es el epicentro de la globalización capitalista y sus procesos internos impactan sobre todo el planeta.

Grecia con ojos latinoamericanos. Claudio Katz.

Con la aprobación parlamentaria del tercer memorándum concluyó otro capítulo de drama que afronta Grecia. El entusiasmo que generó el triunfo del No en el referéndum fue abruptamente sustituido por la frustración que suscita la capitulación de Tsipras.
Pero el desenlace sigue pendiente. Si la batalla contra el nuevo ajuste recupera intensidad renacerá la esperanza de resistencia contra la Troika. La experiencia latinoamericana de lucha contra los mismos enemigos aporta tres lecciones pertinentes para la coyuntura helena.
Primero: en situaciones críticas los liderazgos timoratos son fatales. Se necesitan dirigentes con valentía -como Fidel o Chávez- para cambiar la historia. Segundo: se pueden rechazar las imposiciones del FMI, pero construyendo conciencia popular de ruptura con los banqueros y no ilusiones de reforma de la eurozona. Tercero: en medio de la catástrofe económica es indispensable suspender los pagos de la deuda, para recuperar oxigeno y retomar el crecimiento.

[Vídeo] Katz sobre el referendo griego

Entrevista de la televisión pública argentina con el economista Claudio Katz, donde se analiza el candente problema de Grecia y sus posibles deriivaciones

China: un socio para no imitar

China ha transitado por sucesivos períodos de transformación anticapitalista, adaptación mercantil y formación de una clase dominante. La dinámica de la acumulación, la desigualdad y la precarización laboral ilustran un avanzado estadio de restauración capitalista. Pero esta regresión no es definitiva por los desequilibrios que genera y las resistencias sociales que afronta. Este dato introduce una diferencia con lo ocurrido en la ex URSS.
El entrelazamiento con capitales foráneos y la estrategia de libre-comercio impiden a China forjar un bloque internacional cooperativo. Pero América Latina necesita el contrapeso de esa potencia como socio comercial y aliando geopolítico frente a la dominación estadounidense. Cuba aporta un importante antecedente de estrategias revolucionarias autónomas.

Mutaciones del capitalismo en la etapa neoliberal III

RESUMEN.
Las transformaciones regresivas del neoliberalismo persisten. La internacionalización productiva se amplía con más localizaciones y nuevas tecnologías. Hay nuevos tratados de mundialización comercial y la globalización financiera impide restaurar las viejas regulaciones.
El estancamiento del centro coexiste con el crecimiento asiático en una etapa que no sigue los parámetros de las Ondas Largas. El neoliberalismo cerró una crisis pero abrió nuevas contradicciones que los marxistas explican con tesis compatibles y centradas en el consumo, la tasa de ganancia y el capital financiero.
Los conflictos entre potencias se desenvuelven resguardando la solidaridad entre opresores en un marco común del capitalismo neoliberal. La multipolaridad reordena las relaciones de fuerzas dentro de ese esquema. No anticipa la resurrección nacional, ni el retorno al proteccionismo.
El capitalismo actual recrea la estratificación entre el centro, la semiperiferia y la periferia con avances de una economía a costa de otra. Es erróneo suponer que funciona bien en los BRICS. El fin del período actual depende de la acción de los sujetos sociales y no puede ser fechado.
La destrucción del medio ambiente se acentuó con la recesión. La competencia impide frenar una auto-destrucción y concertar los costos de la reconversión verde. Las consecuencias son mayores que en las guerras del pasado.
El neoliberalismo se mantiene expandiendo el desempleo y la pobreza. No impuso aplastamientos físicos, pero si el repliegue de los trabajadores, el debilitamiento de los sindicatos y el cuestionamiento del ideal socialista. Estos ciclos siempre fueron revertidos, pero las nuevas luchas no lograron aún modificarlo. Las batallas centrales se dirimen hoy en Europa.

Mutaciones del capitalismo en la etapa neoliberal II

RESUMEN:
China asciende al status de economía central. El salto histórico en su industrialización le otorgó un impensable rol internacional en el rescate del sistema financiero. Pero no logra concretar el giro hacia el consumo interno. La sustitución de las reformas mercantiles por el capitalismo ha generado sobre-inversión, especulación bancaria y polarización social.
La expansión económica global comienza a obstruir la estrategia geopolítica defensiva de China, acentuando las disputas entre las elites de la Costa y del Interior. La restauración capitalista está muy avanzada pero no ha concluido, mientras persisten tendencias equivalentes a la asociación y al choque con Estados Unidos.
Las economías intermedias que ascienden se ubican en un escalón inferior. Varias sub-potencias regionales con ambiciones sub-imperiales recobran incidencia sin forjar bloques comunes. Actúan dentro del orden neoliberal y es erróneo caracterizarlas utilizando criterios financieros de corto plazo.
Rusia recompone el estado frente al despojo de los oligarcas para estabilizar la acumulación, forjando un dique de contención a la OTAN. El crecimiento de India no se aproxima al desarrollo chino en una zona desgarrada y saturada de conflictos bélicos. En un marco de gran desempleo y desigualdad, la cooptación de una elite negra al pos-Apartheid ha potenciado la proyección de Sudáfrica. El expansionismo neo-otomano es el soporte del crecimiento neoliberal de Turquía.
La brecha global de ingresos se ensancha empobreciendo a la periferia. La desnutrición se acentúa por el encarecimiento de los alimentos que generó la reconversión capitalista del agro.
Un capitalismo negro despunta en África luego de sangrientas guerras por el botín de los recursos naturales. Arriban nuevas potencias y se enriquecen las elites locales. El mundo árabe continúa sufriendo una gran expoliación que en Asia es sinónimo de superexplotación.

Mutaciones del capitalismo en la etapa neoliberal I

RESUMEN: Seis años de crisis han alterado el escenario mundial. Los bancos fueron salvados con mayor bache fiscal y una enorme inyección monetaria que incentiva más burbujas que reactivaciones productivas.
Estados Unidos exportó la crisis y define el ciclo financiero global porque mantiene la supremacía del dólar, el manejo de los grandes bancos y el control sobre el FMI. Pero la deuda pública y la regresividad impositiva acentúan su deterioro industrial. Mantiene protagonismo por una preeminencia militar, que reorganiza con más tecnología y menos tropas. Reajusta prioridades estrechando la coordinación con los aliados.
Luego de la anexión, el ajuste interno y una alianza con Francia, Alemania refuerza su predominio en Europa. Italia y España no tienen resguardos geopolíticos frente a la cirugía deflacionaria y las transferencias a los acreedores golpean a la periferia de la región.
El ideario federalista keynesiano ha sido reemplazado por la centralización neoliberal en la conformación de un proto-estado continental. Para amoldar Europa a la competitividad global se acentúa el despotismo de la Troika. Pero la ilegitimidad, el rechazo popular y las demandas separatistas socavan a la Unión.
La reducida estructura estatal europea es funcional al ajuste pero no a la concurrencia internacional. Lo demuestra la política monetaria defensiva y el abandono de proyectos militares. La crisis refuerza el prolongado estancamiento de Japón que pierde posiciones en Asia y reafirma su rol secundario en la política internacional.